- Área: 34000 m²
- Año: 2016
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Fotografías:Takuji Shimmura , Arp Karm
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Proveedores: ASCENDER Seating, Merianto, Moodne Valgustus, Parmet, Purso, Windoor AS, Windoor Pty Ltd
Descripción de los arquitectos. Durante el siglo XIX, Estonia experimentó la 'era del despertar', con la difusión de una conciencia nacional en cuanto al establecimiento de la literatura, el teatro, la música profesional y la formación de la identidad nacional.
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Estonia inicialmente obtuvo la independencia del dominio soviético en la década de 1920 sólo por su Parlamento el cual se disolvió en 1938. Durante la Segunda Guerra Mundial, Estonia fue ocupada por primera vez por la Unión Soviética, posteriormente por el Third Reich, para luego ser re-ocupada por la Unión Soviética en 1944.
Las pérdidas de guerra en Estonia fueron de aproximadamente el 25% de la población, encontrándose entre las más altas de Europa. Un número estimado de 90.000 estonios murieron.
Estonia recuperó su independencia el 20 de agosto de 1991 y se incorporó a la Unión Europea en el año 2004. Desde entonces se ha embarcado en un rápido programa sobre la reforma social y económica.
La creación del nuevo Museo Nacional de Estonia, que se ubicará en la ciudad de Tartu, es testimonio de la búsqueda del despertar el orgullo por la identidad nacional y una historia cultural única.
El concurso internacional para el diseño y ejecución de la construcción de 34.000 m², que alberga una colección de 140.000 objetos, se puso en marcha en el año 2005.
La propuesta de la DGT para este Museo desafió las bases del concurso. En lugar de localizar el edificio en el sitio propuesto, la DGT eligió apropiarse de una antigua base militar soviética cercana como ubicación para el Museo -una presencia física de una historia dolorosa.
Ellos creían que el nuevo museo debería desempeñar un papel esencial en la regeneración de la zona y para hacerlo tuvieron que empezar por hacer frente a este lugar tan cargado y espacialmente único. Con una aplicación sensible, el Museo Nacional se convierte en una continuación de la pista de aterrizaje -la elevación del techo y la expansión hacia el "espacio infinito"- invitando al visitante a entrar en el paisaje y en el corazón del museo.
El diseño de la DGT crea una casa abierta para las actividades públicas: la exposición, el espectáculo y el aprendizaje -un lugar de encuentro e interacción, uniendo a las personas para celebrar una rica, aunque a veces dolorosa, parte de la historia.